¿Sabes qué significan estas siglas? ApS, AEPC, ABJ, ABR, ABP, ABP, ABP, ¿AB… crem? ¿AB… qué?
Si has adivinado alguna de ellas, es porque asistimos a un momento pedagógico donde las metodologías activas se presentan como una solución posible para que la escuela del siglo XXI responda a las exigencias que demanda la sociedad.
Los espacios educativos de la Red se ven inundados de estas siglas y otras similares. Y es que podemos afirmar que esto de las metodologías activas es como tener ocho apellidos para un mismo nombre; ese nombre es “ACCIÓN”.